domingo, febrero 24, 2008

Para recordar antes del 9-M


El Partido Popular, que hizo del caso GAL una encarnizada batalla contra el gobierno socialista en los años 90, que se valió de aquel terrorismo de Estado para encaramarse al poder, tiene también su gran ignominia: Aznar consumó su equivalente al GAL con el apoyo y la participación en la guerra de Iraq. Enganchado al gigante ciego Bush y a su acólito Tony Blair, consintió ignorar a Naciones Unidas despreciando la legalidad internacional para perpetrar una de las barbaridades más rotundas que se han registrado en el último tercio de siglo.

Establézcase, pues, el paralelismo entre ambos excesos, que lo hay. Sólo que el de los socialistas pudo tener el propósito de salvar al pais del terrorismo de ETA sin reparar en procedimientos, mientras que la iniciativa de Aznar no procuraba ningún bien directo al pais. A estas alturas, ambas culpas han sido sancionadas, en el caso del PSOE con la pérdida del poder y con las condenas penales a los responsables; en el del PP, la soberbia de Aznar le procuró el rechazo político antes de lo que era previsible por su actitud de ocultamiento malicioso en los atentados del 11-M. Pero todavía está pendiente la sanción de la justicia para el ex-presidente popular; la de la Historia ya está escrita.

sábado, febrero 16, 2008

Hillary y Obama


Hillary Clinton acusa a Obama de pregonar un mensaje vacío y demagógico. Algo de verdad tendrá esto, independientemente del énfasis y la sobreactuación que acompañan a la afirmación política cuando se trata de atacar al adversario. Desde luego, sus palabras evidencian la actitud del que se sabe perdedor, son una reacción cuasi a la desesperada, porque Hillary está comprobando, impotente, cómo a los ciudadanos le entusiasman más los mensajes de su contrincante, que invitan a la ilusión y al cambio. El suyo es el realista, el de una política con preparación, con plaza en el establishment. Pero... Ahi está el quid. La gente necesita ilusionarse, necesita ese tipo de mensajes que le descubre -o en los que cree ver- nuevos horizontes. Al político de este tiempo se le reclama capacidad para abrirnos ventanas desde las que ver nuevos paisajes, nuevos acomodos para nuestros sueños. Hillary hace campaña con la libreta que contiene las fórmulas para administrar la realidad, mientras Obama corre hacia el bosque con la cabeza llena de pájaros. Allí le está esperando la masa de compatriotas hastiados de veinte años de sagas presidenciales, de sueños sofocados por guerras e impericias. Si el soñar se había convertido en un ideal cuasi proscrito en Estados Unidos, Obama está abriendo la caja para liberarlo. Y Hillary mira al dedo que señala a la luna porque no quiere ver la luna.